Debemos amar

Este jueves tuvimos una nueva reunión en la que nuestro hermano Alfredo Porqueras nos compartió una palabra basada en el relato del buen samaritano.

-Debemos aprender a amar a Jesús y nunca dejar de amarlo, aunque estemos pasando por momentos duros, aunque estemos mal; porque Él nunca nos va a abandonar, nos respalda, es nuestro auxilio, nuestra pronta ayuda, nuestro socorro.

Judíos y samaritanos no sé llevaban bien, siempre se peleaban, pero cuando había un problema todos pasaron de largo de este hombre al que habían golpeado; cuando veamos a alguien no pasemos de largo, acerquémonos porque Dios nos puso para servir y no para estar en 4 paredes; sino para ser buenos servidores.

En un sendero sangriento fue que el samaritano encontró a este hombre golpeado y lo movió la misericordia. Misericordia es ponerme en el lugar del otro y la misericordia de Dios es la que tenemos que tener por el otro.

Dios quiera en este tiempo que nosotros tengamos misericordia, que hagamos el servicio que Jesús hizo.

El samaritano no se puso a pensar que su vida estaba en peligro, en ese momento puso su amor; en este tiempo nuestro amor tiene que estar con las personas.

Cuando vos tenés amor, das amor; cuando experimentas el amor de Dios y viene alguien en cualquier situación, lo abrazas.

Estamos para servir.